Dicen que el buen comunicador es aquel que escucha y observa más que habla. La observación y la escucha son esenciales en comunicación. Al observar y escuchar captamos de una manera más rica en matices lo que los demás nos transmiten tanto a través de sus palabras como de su lenguaje no verbal. Tomamos esas “respuestas” como feedback a nuestro mensaje y si notamos alguna expresión de duda o de asombro en el otro, por ejemplo, podemos flexibilizar y encontrar alternativas para aportar respuestas más ajustadas y esclarecedoras.
Adquirir habilidades de respuesta hace referencia a:
responsabilizarte de lo que dices y de cómo lo dices,
buscar alternativas para saberte expresar de manera más ajustada o entendible
llegar a crear el efecto que tú deseas
aprender a manejarse con las personas “dificiles” o a aquellas que pretenden boicotearnos mientras estamos hablando o despreciar nuestras aportaciones, sugerencias o ideas.
Se trata de crearnos nuestras propias estrategias y ampliar nuestras posibildiades de éxito en comunicación tanto hacia nosotros mismos (a través de nuestros pensamientos y lo que nos decimos) como hacia los demás.
La formación en PNL nos facilita conocer y obtener muchos más colores para enriquecer nuestra paleta y pintar con mayor cromatismo e impacto sin renunciar, necesariamente, a poder pintar en un solo color.