Si piensas que tienes el poder de convencer a alguien de que puede hacer realidad sus sueños, de que es fuerte, de que lo merece y de que es valioso, pero sigue con su rutina de siempre quejándose de que el mundo es injusto con él, olvídate. No es que tú estés equivocado, es que el otro tal vez no esté preparado para aceptar cómo cambiaría su vida si tuviera el coraje de aceptar lo que tú avistas en él, y se está resistiendo a comprobarlo por sí mismo, ignorando tus bienintencionadas sugerencias. Déjalo ir, tú ya has hecho tu trabajo, has orientado su atención hacia nuevas posibilidades con el fin de que descubra por sí mismo todo ese potencial que tú estás estimando en él, ahora es su turno, es él quien ha de ponerse manos a la obra y conseguir que esas posibilidades se hagan realidades, y siempre elegirá hacer lo que mejor considere para sí mismo aunque tú pienses que se está equivocando. Conviene ser un poco más pragmático y admitir que cada cual alcanza hasta donde se considera capaz de alcanzar. No insistas, nunca te va a creer hasta que no crea en sí mismo, y …ese es un trabajo ineludiblemente personal, hazte a un lado y permite que las cosas sean, pues si no eres parte de la solución te estás convirtiendo en parte del problema, y eso no es saludable para nadie, para ti tampoco.
Por otro lado sería perfectamente comprensible que un poso de frustración anide en ti cuando ves que tus apreciaciones no son consideradas de vital importancia como tú las consideras. Sobre todo porque, si tú sabes por dónde está pasando el otro es, precisamente, porque tú también pasaste por ahí, y es por esa razón por lo que te conviene disolver esa sensación de desengaño y no permitir que oscurezca ni lo más mínimo tu labor de seguir orientando a las personas que se encuentren perdidas en un momento de su vida. No te permitas volver a sentir lo que tú sentiste antaño, precisamente ahora que tú ya has adquirido un poco más de sabiduría como consecuencia de lo que te proporcionó tu propia experiencia vívida de entonces.

Teniendo en cuenta que hagas lo que hagas siempre estarás cuestionando a alguien,- si haces cuestionas a quien no hace y si no haces cuestionas a quien hace-, es bueno ir con tiento con el fin de protegerte de tu propia autocompasión cuando alguien no responde a tus expectativas. Tienes que asimilar que, si bien eres una persona cabal y te consideras como tal, entregada a ser una opción de ayuda para otras personas, no siempre ésta va a ser bien recibida o aprovechada del mismo modo por todo el mundo, ni con la misma intensidad ni con la misma duración, es más, hay ocasiones en las que la mejor forma de ayudar a alguien es no hacer NADA.

Por tanto conviene considerar la posibilidad más factible: continuar invirtiendo tu energía en seguir preparándote porque, si éste es el camino que tú has elegido, que te satisface, que te dice que estás cumpliendo con tu propósito de vida, has de cultivarte para atender lo importante que es llevarte bien contigo mismo, cuidarte y atenderte. Eres tu mejor (única) herramienta y te conviene mantenerte en estado óptimo de operatividad, actualizando tus mapas mentales, estando al corriente de los cambios externos y acondicionar los internos para continuar navegando, sorteando los contratiempos con éxito a fin de conseguir mantenerte sano y salvo, listo para iniciar las sucesivas y próximas aventuras, puesto que, innegablemente, existen otras personas que SI están en búsqueda de alguien como tú que les guie para reorientarse cuando se encuentren perdidos. Mi deseo es que sigas confiando en ti.

María A. Clavel Álvaro
Bachelor of Sciencing in Nursing (European University-Bruselas) -Formadora de PNL- Soc.Didac.AEPNL (2002)