Los creadores de La Programación Neurolingüistica (PNL), Richard Badler y John Grinder,la definieron, allá por los años 70, como el estudio de la experiencia subjetiva. En ella se contemplan las infinitas maneras del ser humano de percibir, filtrar y procesar la información del exterior y de responder a ella.
Todos llevamos nuestra propia experiencia e historia personal, nuestro propio bagaje configurado por las diferentes enseñanzas y aprendizajes a través de los cuales hemos generado nuestros propios valores personales y creencias en los nos basamos para tomar decisiones en nuestra vida. Toda esta información va ensamblándose a lo largo de los años en nuestro foro interno de tal manera que nos hemos ido “programando” para funcionar en la vida y en un mundo cada vez más rico y complejo. Según como nos hayamos programado percibimos, filtramos y procesamos dicha información de una manera determinada, así nos vamos “configurando” una serie de pensamientos que despiertan algún tipo de emoción y ésta promueve una respuesta a través de nuestra conducta y nuestro lenguaje (verbal y no verbal) tanto a nivel consciente como inconsciente.
A través de la PNL y de ir integrando los aprendizajes vamos dándonos cuenta de que los seres humanos somos como libros abiertos, emitimos información continuamente de cómo pensamos, y sentimos, segundo a segundo, conforme a nuestra experiencia subjetiva. Con el tiempo creamos patrones de conducta que si en un momento fueron útiles y válidos, posiblemente con el paso del tiempo, hayan dejarlo de serlo, y ahora no sepamos ni cuestionarlos, y mucho menos cambiarlos. Somos como libros abiertos, solamente que no nos sabemos leer. Ni siquiera a nosotros mismos.
“Leemos mal el mundo y después decimos que nos engaña.”
Tágore
Pues, también a grosso modo en eso consiste el aprendizaje de la PNL: en descubrir, aprender y desarrollar habilidades perceptivas nuevas para captar información válida y útil de nuestros interlocutores al tiempo que practicamos un modelo eficaz de comunicación y entendimiento mutuos para influir con integridad y adentrarnos en el maravilloso mundo que tenemos dentro. Es todo un proceso de aprendizaje y desarrollo tanto hacia fuera como hacia dentro.
Es Programación por que estudiamos cómo nos comportamos, es Neuro porque descubrimos cómo pensamos (y cómo construimos eso que pensamos) y es Lingüística porque aprendemos a usar el lenguaje para construir puentes en lugar de muros con nosotros mismos y con los demás.
La PNL es un modelo de comunicación efectiva para entendernos mejor desde la no violencia; es un modelo de aprendizaje para desarrollar habilidades cognitivas y empíricas y mejorar nuestra manera de ser y estar en el mundo; es un modelo de cambio para orientarnos hacia donde queramos estar, y es un modelo de excelencia personal en cuanto nos invita a entrar en la dinámica de la retroalimentación en pro de la mejora continua, el desarrollo y la transformación personal para ser la persona que queremos ser.
Muchos dicen que la PNL es una moda pasajera. Para nada. Entre otras cosas, porque la PNL es una etiqueta que da nombre a la manera natural en que funciona nuestro cerebro para aprender, cambiar y relacionarnos, y por ende, cómo pensar y cómo hacer para funcionar y vivir mejor. Y como nuestro cerebro y la naturaleza humana están en continua evolución, la PNL va creciendo y evolucionando con ellos.
Es como un universo con infinidad de planetas que bien se interconectan entre ellos y, junto las estrellas, crean mundos nuevos.
Maria Máñez