Tememos al caos porque se nos escapa de nuestro control, y cuando el ser humano siente que pierde el control, se siente inseguro. La seguridad (física, emocional, financiera, laboral, etc.) según Maslow reside en el segundo nivel de las necesidades del ser humano; sin embargo, la vida es impredecible y los estados de caos son naturales (y necesarios) en la aventura del vivir.

Ante la incertidumbre que estamos experimentando en el último año, el caos ha sido inminente, palpable, sentido, sufrido y aprovechado.

De repente nada se puede predecir, ni tener la certeza de que ocurra. Las agendas de poco nos han servido, y el año planificado se ha ido volando.

Sin embargo el caos es un perfecto aliado para la creatividad. Se crea en el caos, no en el orden. El caos nos descoloca para que aprendamos a “recolocarnos”, reconfigurar nuestra manera de pensar y de sentir. Ver el mundo desde otra perspectiva, incluso del revés, y tomar consciencia de nuestras carencias, debidilidades, recursos y fortalezas.

Aprovechar la energía del caos (uno de los llamados Cinco Ritmos de Gabrielle Roth) y de la figura arquetipica del Mago, nos invita a reinventarnos, a flexibilizar y a descubrir nuevas maneras de convivir, trabajar, organizarnos, relacionarnos… al fin y al cabo, nuevas maneras de vivir.

De esto hablan en este Podcast, Andrea Arciniegas y Maria Máñez.

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