Como Licenciada en Bellas Artes siempre me ha motivado el mundo de la creatividad, y no solamente artística, sino también la de los grandes genios, filósofos y científicos con su particular manera de percibir, pensar y crear.

Cuando me estaba formando en PNL, una de mis primeras tomas de consciencia fue en cómo se me agudizó la capacidad de escuchar y de observar con mejor atención. Y también, cómo se potenciaba mi sentido del humor y mi capacidad de pensar “fuera de la caja”.

Y lo noté precisamente en cómo había cambiado mi respuesta ante dificultades o imprevistos. Ya no reaccionaba desde la queja o la resignación, sino desde un enfoque de solución y búsqueda de alternativas. Se había despertado una nueva mirada, que ahora se orientaba a abrir posibilidades y superar dificultades para lograr mis metas y objetivos.

El sentido del humor y la creatividad tienen mucho en común: la capacidad de establecer relaciones entre distintas observaciones y desde ahí, crear algo nuevo, bien sea un chiste o toda una iniciativa creativa sin precedentes.

No se trata tanto de ver lo que nadie vio, como diría Arthur Schopenhauer, “[…] sino pensar lo que nadie ha pensado sobre lo que todos ven”

¿Y esto qué tiene que ver con la PNL? Todo. Nuestra capacidad de percibir, de filtrar y procesar la información, de crear conexiones y responder al entorno según las opciones que tenemos en ese momento depende en gran parte de nuestra capacidad de flexibilizar. Y la flexibilidad cognitiva también se entrena cuando activamos nuestra creatividad. Cuando más y mejores recursos internos tengamos más amplia será nuestra capacidad de respuesta.

El Pensamiento Creativo nos invita a ampliar esas opciones, a encontrar alternativas y a abrir posibilidades de éxito en nuestra toma de decisiones. Entrenarlo no solo puede resultar una fuente de inspiración y nuevas respuestas, sino también para alcanzar estados de calma y confianza en nosotros mismos, como creadores de nuestra vida.

El músculo de la creatividad como la PNL se ejerce entrenándolo, es cuestión de poner consciencia y practicar, practicar, practicar… hasta que se convierte en algo orgánico en nosotros, en un nuevo hábito.

La Programación Neurolingüística presenta muchos modelos, dinámicas y estrategias a través de las cuales entrenar nuestro potencial creativo y nuestra flexibilidad cognitiva, no solamente para crear “algo”, sino también a la hora de responder ante dificultades e imprevistos y más ante una realidad cuyos cambios son cada vez más rápidos e inesperados.

Por ejemplo, la dinámica de las «Posiciones Perceptivas» nos facilita percibir una misma situación desde diferentes puntos de vista o “posiciones”, encontrando nuevas informaciones y obteniendo nuevas soluciones y alternativas.

También el «Modelo POPS» (me declaro fan de este patrón)- acrónimo de Probar, Operar, Probar, Salir- que nos facilita aprender desde el ensayo-error y comprender los fallos como información de calidad para mejorar la estrategia hacia la consecución de objetivos encontrando alternativas cuando los planes no salen como desearíamos. Además, nos despierta una actitud «exploradora» y abierta a nuevos resultados.

Otra vía para entrenar nuestra parte creativa es el «Marco del como si…» que nos invita a imaginar escenarios y contextos donde algo que consideramos difícil de realizar o conseguir sí que adquiere un nuevo prisma y podría funcionar. Se activa con el condicional y a modo de pregunta “¿Qué pasaría si… (lo pudiéramos conseguir)?” “¿Cómo lo haríamos?” “¿Cómo sería?”. Estas preguntas nos invitan a visualizar e imaginar y activan varias zonas del cerebro como la corteza visual, el lóbulo parietal y la corteza prefrontal entre otras. El uso del condicional nos permite contemplar posibilidades y soluciones donde antes solo podría haber resistencias. Lo mismo ocurre con el llamado «Puente al futuro», que nos permite imaginarnos un futuro esperanzador después de haber transitado por una experiencia enriquecedora y poderla mantener en el tiempo.

Crear no es fácil y puede resultar incómodo para muchas personas porque supone salir de su mundo certero y conocido y adentrarse en probar cosas nuevas. Estas nuevas vías no garantizan el éxito inmediato pero sí todo un proceso de exploración y nuevas experiencias nunca antes transitado y que se pueden convertir en toda una fuente de conocimiento, inspiración y de apertura para nuevas iniciativas y proyectos de excelencia.

La vida no está escrita. La vida la vamos escribiendo a través de nuestras decisiones, nuestros aprendizajes y la aplicación de nuestros conocimientos, experiencias y habilidades aprendidas. Y para ello aprender PNL nos ayuda a comprender la experiencia humana y los procesos a través de los cuales las personas creativas tiene mayor facilidad de «pensar lo que nadie pensó»

Apostar por una vida creativa y con significado es adentrarnos en lo no pisado todavía por nadie, a crear un camino todavía no transitado. Pero cuando tomamos la determinación de llevarla a cabo hasta los retos más desafiantes se vuelven inspiradores para seguir aprendiendo y entrenando nuestra confianza en nosotros mismos y poderlos superar con nuestro ingenio y potencial creativo, porque con ello, lo podemos gestionar de manera no solamente más efectiva, si no más calmada incluso divertida.

Así pues, podemos concluir que la PNL contribuye muy constructivamente a desarrollar nuestro potencial creativo, porque nos ayuda a:

  • Reprogramar nuestros patrones de pensamientos limitantes que pueden estar bloqueando la creatividad. Al cambiar la forma en que pensamos y nos comunicamos, podemos desbloquear nuestra capacidad creativa

  • Desarrollar la flexibilidad cognitiva permitiéndonos pensar de manera más creativa y encontrar soluciones innovadoras a problemas complejos.

  • Mejorar la comunicación y así, compartir ideas y trabajar juntos más constructivamente.

  • Mejorar la confianza y la autoestima porque al sabernos más resolutivos nos sentimos más seguros y confiados a la hora de asumir riesgos, tomar iniciativas y explorar nuevas ideas de manera más efectiva.

Por eso, cuando una alumna me pregunto ¿Cómo se busca la excelencia? Le respondí, –No, la excelencia no se busca, ni se encuentra… La excelencia se crea.

[Artículo publicado en el nº 116 de la revista “La magia continúa”, de la Red Latinoamericana de la PNL]

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